Ing. Javier gandarillas Chávez
En lo que va del año, a pocos días de culminar el 2007. Resulta preocupante observar cómo es que han venido sucediendo en nuestra Región, accidentes que ponen en riesgo el medio ambiente y el equilibrio del ecosistema de muchas localidades debido a negligencias relacionadas a las operaciones de la pequeña y gran minería.
Quienes conocemos de cerca los aspectos de la Gestión Ambiental, vemos con mucha preocupación como es que los distintos sucesos puestos en evidencia por la prensa o por las poblaciones afectadas, caen en saco roto, quedando finalmente en el olvido.
Resulta entonces oportuno recordar que existe una Comisión ambiental regional (CAR), que desde hace años no funciona ni asume sus responsabilidades como instancia de gestión ambiental, de carácter multisectorial, encargada de coordinar y concertar la política ambiental regional. Que al mismo tiempo debiera vigilar si los organismos sectoriales competentes cumplen o no sus funciones de acuerdo a Ley y al mismo tiempo deslindar las responsabilidades a LAS EMPRESAS que corresponda.
La CAR se encuentran compuesta por instituciones públicas y privadas, Municipalidades, organizaciones representativas de sectores económicos o sociales, universidades y, eventualmente, por personas destacadas.
En todas la CAR hay representantes del CONAM, del GR, de los Gobiernos Locales, de las ONGs y de los sectores económicos privados. Entre las variables deberían estar, por ejemplo, la Defensoría del Pueblo, la Red Departamental de Promoción de la Mujer, las asociaciones o gremios de Comunidades campesinas y Agricultores, los Colegios Profesionales, las Cámaras de Comercio, la Iglesia y personas invitadas por sus cualidades personales o su representatividad regional. Sin embargo, a lo largo de estos años, no suena ni truena.
Corresponde entonces a las corrientes de opinión pública iniciar una verdadera cruzada para recomponer la CAR-Ancash y que asuma sus funciones a fin de lograr el empoderamiento institucional para la vigilancia en los aspectos ambientales de la región, sean estos de carácter minero, forestal, recursos naturales, aspectos urbanos, etc…
No hacerlo será un indicador que ponga en evidencia aquella versión popular que dice: “Cuando el puñal de un asesino es de oro, hasta el juez enmudece y termina besando el puñal…”. El tiempo lo dirá.
En lo que va del año, a pocos días de culminar el 2007. Resulta preocupante observar cómo es que han venido sucediendo en nuestra Región, accidentes que ponen en riesgo el medio ambiente y el equilibrio del ecosistema de muchas localidades debido a negligencias relacionadas a las operaciones de la pequeña y gran minería.
Quienes conocemos de cerca los aspectos de la Gestión Ambiental, vemos con mucha preocupación como es que los distintos sucesos puestos en evidencia por la prensa o por las poblaciones afectadas, caen en saco roto, quedando finalmente en el olvido.
Resulta entonces oportuno recordar que existe una Comisión ambiental regional (CAR), que desde hace años no funciona ni asume sus responsabilidades como instancia de gestión ambiental, de carácter multisectorial, encargada de coordinar y concertar la política ambiental regional. Que al mismo tiempo debiera vigilar si los organismos sectoriales competentes cumplen o no sus funciones de acuerdo a Ley y al mismo tiempo deslindar las responsabilidades a LAS EMPRESAS que corresponda.
La CAR se encuentran compuesta por instituciones públicas y privadas, Municipalidades, organizaciones representativas de sectores económicos o sociales, universidades y, eventualmente, por personas destacadas.
En todas la CAR hay representantes del CONAM, del GR, de los Gobiernos Locales, de las ONGs y de los sectores económicos privados. Entre las variables deberían estar, por ejemplo, la Defensoría del Pueblo, la Red Departamental de Promoción de la Mujer, las asociaciones o gremios de Comunidades campesinas y Agricultores, los Colegios Profesionales, las Cámaras de Comercio, la Iglesia y personas invitadas por sus cualidades personales o su representatividad regional. Sin embargo, a lo largo de estos años, no suena ni truena.
Corresponde entonces a las corrientes de opinión pública iniciar una verdadera cruzada para recomponer la CAR-Ancash y que asuma sus funciones a fin de lograr el empoderamiento institucional para la vigilancia en los aspectos ambientales de la región, sean estos de carácter minero, forestal, recursos naturales, aspectos urbanos, etc…
No hacerlo será un indicador que ponga en evidencia aquella versión popular que dice: “Cuando el puñal de un asesino es de oro, hasta el juez enmudece y termina besando el puñal…”. El tiempo lo dirá.
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